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Los carteles de “Se vende” forman parte de nuestro día a día. Están en todos lados; en locales, apartamentos, terrenos. También lo ignoré de algunas ciudades abandonadas. Se ha puesto a la venta Salto de Castro, en la provincia de Zamora, a orillas del Duero y Portugal. Tiene una superficie de 6.600 m2 que incluye un bar, una iglesia, un colegio, el cuartel de la Guardia Civil y una posada. Total 44 casas. El precio alcanza los 260.000 euros, IVA incluido. Esta información se la debo a un cándido artículo de Lucía Méndez que nadie recogió para hacer algunas preguntas. El costo de la transacción apenas alcanza el de un apartamento en la ciudad. Me cuesta imaginar lo que se podría hacer con él. Quizás los habitantes huyeron sin declarar o los herederos se entregaron a una agencia. Alguien tiene previsto promocionar una ruta turística por estos pueblos fantasmas bajo el lema «Aquí vivieron los españoles hasta anteayer».

Como no creo en las casualidades, aunque a veces parezcan fantásticas invenciones del destino, el autor que ha acaparado el emblema de la «España vaciada» es el mismo que acaba de publicar una imaginativa biografía de Felipe González. Una feliz coincidencia. Desde que el ex presidente del Gobierno se convirtiera en el segundo emérito de España -el primero e indiscutible lo ostenta el ex rey de España- su presencia y porte lo han convertido en intocable; un jarrón parlante chino, con el porte innovador de un hombre de juicio, particularmente apreciado por todos aquellos que, anteayer – anteayer – lo consideraban un oportunista inagotable.

Lidl está exagerando el precio del aceite de girasol

Ahora bien, como denunció un usuario de las redes sociales, cuidado con los engaños relacionados con el aceite de girasol. Un anuncio lanzado tras comprobar que Lidl vendía aceite de girasol cultivado en España a precio de oro. Concretamente, a 3,95 euros la botella, un precio 75 céntimos superior al precio de la botella de la marca Hacendado del Mercadona.

Esta situación se ha considerado un bulo, ya que el producto que debería verse afectado es el que procede de Ucrania, no el que se cultiva en España. Sin embargo, las cadenas de supermercados están tratando de sacar el máximo provecho de esta situación. Incluso Lidl, que durante todos estos meses ha sido una de las marcas más populares entre los clientes.